El término aromaterapia fue acuñado en 1928 por un químico francés, René Gattefosé, aunque los beneficios terapéuticos de los aceites aromáticos ya se valoraban en civilizaciones muy antiguas, como la india. La aromaterapia moderna fue reconocida como medicina capaz de curar gracias al cirujano francés Jean Valnet, quien durante la Segunda Guerra Mundial trató con aceites a los soldados heridos.
No obstante, y a pesar de la incuestionable eficacia de esta terapia, factores como la competencia de los laboratorios de productos químicos de síntesis, mucho más potentes desde el punto de vista financiero, o el mal uso de los aceites esenciales, hicieron que la clase médica no le prestara mucha atención, hasta que hace unas décadas, el auge de las medicinas complementarias llevó a su redescubrimiento.
La aromaterapia es el uso de aceites esenciales de plantas y flores para tratar afecciones, ya sean físicas o mentales en el ser humano. Se puede utilizar en forma tópica ó con un aceite vehicular, inhalada y en algunos casos ingeridos.
Para que un aceite esencial tenga valor terapéutico y pueda ser incorporado al organismo debe provenir de la glándula vital de la planta o sea el lugar donde esta concentrada toda la fuerza y energía orgánica, la misma energía que tenemos los seres humanos, es por eso que operan tan rápidamente en nuestro organismo, pues su composición química es compatible con nuestras células, actuando en primera instancia localmente y pasando luego al torrente sanguíneo, ejerciendo así una acción mas profunda y realizando la curación de adentro hacia fuera.
Sus propiedades son maravillosamente sorprendentes y muy variadas, ya que se puede tratar desde una gripe hasta enfermedades crónicas. En general, se utiliza mucho para tratar afecciones del sistema nervioso como son insomnio, estrés, ansiedad, emociones generales y depresión. También tiene como finalidad fortalecer las capacidades del organismo para curarse por si mismo.
La aromaterapia científica es como bien lo dice la palabra en si, una terapia alternativa o paralela que no reemplaza a la del psicólogo. El paciente manifiesta por espacio de media hora aproximadamente qué es lo que siente, que es lo que lo ha llevado a buscar este tratamiento, si tiene alguna afección, etc.
Luego de un minucioso examen y análisis, el aromaterapeuta recomienda el aceite esencial adecuado para esos síntomas o afecciones.
Puede ser uno solo o una sinergia, es decir, una mezcla de varios aceites que se utilizan cuando se quieren tratar varias cosas al mismo tiempo. Uno de los síntomas más comunes es la falta de equilibrio en nuestras vidas.
De hecho, todo lo que los medicamentos usuales (antibióticos, corticoides, analgésicos, etc.) hacen, los aceites esenciales también lo hacen, y muchas veces mejor y sin efectos segundarios indeseables. Es una bioterapia molecular de calidad superior que conlleva varias ventajas distintivas:
- 100% natural y biocompatible
- Eficaz, rápida y fiable
- Segura (si es usada correctamente)
- Ningún o pocos efectos secundarios o contra-indicaciones
- Puede completar todas las demás terapias o estar asociadas a ellas
- Tratamiento altamente personalizado, adaptado a las necesidades individuales
- Campo de intervención muy extenso, múltiples propiedades
Finalmente, contrario a lo que se piensa, el olor de los aceites esenciales no tiene la importancia que se le atribuye. El efecto psico-olfativo no se debe menospreciar, sin embargo lo más importante es la cantidad y la calidad de las moléculas aromáticas introducidas en el organismo por las diferentes vías de administración posibles: vía oral, cutánea y respiratoria.
Es por eso que debemos estar seguros de la calidad de los aceites que compramos y dónde lo hacemos, porque hay muchas imitaciones en el mercado o simplemente aromas que lo que buscan es perfumar los ambientes.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario