jueves, 18 de agosto de 2011

¿Cómo le afecta la menopausia a tu piel?

¿Cómo le afecta la menopausia a tu piel?




Cuando piensas en los síntomas más característicos de la menopausia, lo primero que se te viene a la mente, seguramente, sean los sofocos. Son, está claro, el síntoma más conocido. Pero no el único. Y es que otra de las partes que sufre los efectos de esta etapa es la piel. Junto con los cambios vasomotores, óseos o metabólicos que aparecen en esta etapa, también están los cutáneos. 
“Buena parte de la población desconoce que la disminución del colágeno en la piel a partir de los 45-50 años es debida a la deficiencia estrogénica provocada por la menopausia”, apunta Elena Ruiz Domingo, especialista en Ginecología y Obstetricia. “De hecho”, continúa, “existen publicaciones científicas que avalan que las mujeres que tienen una menopausia prematura presentan un envejecimiento cutáneo más rápido”. 

Piel más fina y más seca
En esta etapa, la disminución de estrógenos en la mujer conlleva la pérdida de lípidos, agua y colágeno. “Por este motivo, la manifestación más visible de la piel durante la menopausia es su adelgazamiento y sequedad, de manera que la piel se vuelve más fina y transparente. Así, está más delgada porque disminuye la capa de colágeno y está más seca porque las glándulas sebáceas segregan menos sebo, unos cambios que conducen a una epidermis más rugosa, seca y dura”, afirma esta experta. 

Se prescriben tratamientos para la prevención de la osteoporosis, enfermedades cardiovasculares o la propia sintomatología de la menopausia, como los sofocos, también se tienen en cuenta la principal preocupación de la mujer madura en preservar su salud sin deteriorar su imagen física”, apunta la doctora Ruiz Domingo (España)

“Dentro de esa imagen física”, añade el doctor Rafael Sánchez Borrego, presidente de la AEEM, “las mujeres han pasado de asumir la deshidratación de la piel como algo normal de la edad a mostrar una gran preocupación por el estado de la salud de su piel. Y esto se enmarca dentro del concepto global de salud de la mujer por el que se tiene en cuenta el bienestar general, y no sólo el tratamiento de las patologías en concreto”. 

Hidratar y cuidar la piel 

La piel experimenta cambios a lo largo de toda la vida condicionados bien por factores intrínsecos (la herencia, la raza y la edad), o extrínsecos (los años de exposición solar, los hábitos alimenticios, fumar, etc.). No obstante, para hacer más lenta y disminuir la intensidad a largo plazo de estos factores y de la menopausia en la dermis, es necesario que los cuidados de la piel se adopten desde bien temprano, “de forma que cuando la falta de estrógenos se presente, la piel tenga una buena calidad e hidratación”, añade la doctora Ruiz Domingo. 

Tal y como explica esta experta, “el deterioro de la piel está condicionado por la exposición al sol y el tabaco y hay que mantener unos hábitos de vida saludables, con una alimentación rica en frutas, verduras, fibra, evitando el tabaco y haciendo ejercicio. Además, en aquellas mujeres para las que esté indicada, la terapia hormonal de reemplazo ayuda a estimular el ácido hialurónico, mejora la vascularización y la retención hídrica. Pero todo ello, siempre y cuando sepamos aceptar la edad que tenemos”. 

Sol, sí, pero con precaución

Por último, y no menos importante ante la llegada del verano, es tomar el sol moderadamente, utilizar protectores solares adecuados e ingerir agua. “No hay que olvidar que el sol es a la piel lo que el alcohol al hígado. La piel tiene memoria y contabiliza las horas de rayos UVA y UVB recibidos manifestándose sus consecuencias años después, y es que se calcula que el 70% de la exposición solar que recibimos proviene de los primeros 20 años de vida”, comenta esta experta. 

A pesar de todo, no hay que olvidar que el sol es una de las principales fuentes de vitamina D y como indica la doctora Ruiz Domingo, “es muy beneficioso tomar el sol durante 15 minutos al día, tanto para la salud en general como para fortalecer los huesos”. 

Por consultas:
Email: laurabalderramos@gmail.com

 

miércoles, 17 de agosto de 2011


Shantala: 

el masaje terapéutico para los niños


Nada mejor que un masaje para cuidar de tu bebé, para relajarle y demostrarle todo tu cariño y amor. El masaje terapéutico para los niños recibe el nombre de Shantala. 

Su origen está en la India. El doctor francés F. Leboyer, después de observar cómo una madre masajeaba a su bebé, quedó fascinado con la fuerza de los movimientos y los beneficios que esa práctica tenía en los bebés. Decidió importar esas técnicas a Occidente y bautizar la secuencia de los movimientos con el nombre de aquella madre, Shantala. 

Según Leboyer, ser cargados, acunados, acariciados, tocados, masajeados, etc., es algo tan indispensable para los niños pequeños como las vitaminas, sales minerales y proteínas.

Masaje infantil


El Shantala (masaje terapéutico para bebes) consigue calmar a los niños, fomenta la resistencia de su organismo, que tengan un sueño tranquilo y un desarrollo psíquico positivo. 

Los masajes son uno de los momentos preferidos de los bebés. Durante el masaje los pequeños sienten una sensación muy agradable porque no se trata sólo del contacto de pieles, sino también de percibir sensaciones a través del oído, el olfato y la visión.

Si el masaje forma parte de una rutina diaria, el bebé sabrá, por ejemplo, que después del baño y antes de que le pongan su ropita, alguien (sea la madre o el padre u otra persona) le proporcionará este momento tan esperado. Al oír a su madre extenderse el aceite o la crema por las manos, el bebé ya se sentirá preparado para vivir la agradable experiencia del masaje. 

En estos breves minutos, el bebé encontrará la paz y disfrutará de un enorme placer. A la mayoría de los bebés les encantan el contacto físico y no es de extrañar que los masajes tengan un efecto tan calmante y relajante para ellos.

Para todas las edades de niños y adolescentes es aconsejable ésta Técnica natural, no invasiva. 

Beneficios:
Además de los vínculos afectivos y emocionales, el masaje infantil ofrece beneficios fisiológicos. Estas son algunas de las repercusiones más positivas en el organismo del pequeño:

  • Sistema nervioso central: el tacto es el sentido que el recién nacido emplea para recibir información del mundo exterior (de ahí que tienda a coger y agarrar todo). El masaje favorece la capacidad para recibir estímulos, aumenta el umbral de percepción de estos estímulos.
  • Sistema inmunológico: diversos estudios vinculan el estrés y la inseguridad emocional con una disminución de las defensas del organismo, de ahí que la acción relajante del masaje ayude a fortalecerlas.
  • Sistema gastrointestinal: en situaciones de cólicos y gases, los masajes pueden contribuir al alivio de las molestias e incomodidades.
  • Sistema circulatorio: los movimientos de entrada (vaciado venoso) ayudan al retorno de la sangre al corazón y producen un efecto tonificante, mientra que los de salida (del centro a extremos) producen un efecto relajante y favorecen la oxigenación de las extremidades.
  • Sistema muscular: el masaje disuelve nudos de tensión tanto física como emocional.
  • En el caso de bebés prematuros, el masaje ayuda a aumentar su tolerencia al tacto de forma suave y paulatina. En estos casos es también importante escuchar al bebé y seguir el ritmo que marcan sus reacciones.

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